¿Porque mi hijo no es
igual al de mi vecina?
Mi hijo completó
recientemente 23 años de edad.
Todavia me veo
suspirando por los rincones recogiendo los juguetes que él dejó esparcidos por
el suelo, y preguntándome: ¿cuándo
crecerá?
El tiempo pasó y él creció. No tenemos más
juguetes por la casa como antes, y ahora me encuentro haciendo otra pregunta:
porqué creció tan rápido?
Cuando Ginho nació (este es el apodo de mi hijo), un
tiempo después lo llevaron para que lo amamantara, y reparé que él era diferente. Inmediatamente
miré hacia el lado y sin ninguna vergüenza pensé:“¿porqué mi hijo no es igual al de mi
compañera de cuarto?”
Estoy segura que no
pude disimular lo que pensaba, pues en ese exacto momento en el que tuve este
pensamiento, ella estaba sosteniendo a su lindo bebé, y me miró con compasión diciéndome:
“no se preocupe, cuando crezca será bien bonito”.
En el momento me puse feliz, pero después , me
quede muy indignada... ¿Cómo uma persona se podía atrever a llamar a mi hijo de
feo?
¿A donde quiero llegar con esta pequeña
historia que viví?
Es que analizando la
situación friamente, cuando una madre desprecia a su hijo por no encajar dentro del padrón, muchas veces lo llama de vicioso, bueno para nada, o un “don nadie”, incluso de
feo.
Ésta madre, sin darse cuenta, está dando
espacio para que otros hagan lo mismo.
Ninguna persona, debe
maldecir al otro.
Nosotras como madres,
no podemos enterrar la cabeza en la arena para no ver los errores que nuestros
hijos cometen.
Si nosotras no los
valorizamos, entonces ¿quién lo hará?
Después que aprendí la
lección, todo fue más fácil. Mi hijo creció y se volvió um hombre lindo!
Y su mayor belleza, es
la de su interior, pues es un hombre de carácter y temeroso a Dios, en fin un excelente hijo.
El amor por nuestros hijos tiene que ultrapasar la
barrera del físico y llegar al amor de la fe.
Y por eso vemos, que el propósito de orar por ellos es
tan importante. Porque nuestras oraciones los harán transformar por dentro, su
interior, pues el exterior poco importa, o nada en realidad.
Si su hijo no es el hijo de sus sueños, no debe darse
por vencida. Haga su parte y crea que las cosas van a cambiar. Tenemos que
actuar como Dios, Él odia el pecado, pero ama intensamente al pecador.
Siempre juntas em oración
Claudia Brito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario